10 de marzo de 2009

Escolaridades

Me centro en un problema que ya conocemos que no ha de turbar los cimientos de la culta y progresada España. Es bueno que así sea, porque quiere decir que ha pasado a formar parte, mediante una especie de vaporizador cultural, de la conciencia espiritual de nuestros ciudadanos y ciudadanas. Me refiero, ya se habrá adivinado, al hecho de la razón que, como inconcebible en sí, fundamenta la posibilidad y realidad de la voluntad moral. Sé también que el pronunciamiento kantiano, que esta tarde-noche recuerdo yo, milagroso sería que encerrado en una botella arribara a más de una isla. No tiene que importarnos sobremanera, si nos conformamos con archipiélagos pequeños pero bien soleados. Nos inquieta si acaso la duda acerca de la eficacia del spray ideal mentado, de si verdaderamente los ciudadanos son tan probos y cultivados…

1 comentario:

Egoficción dijo...

¿Por qué te empeñas en llamarla RAZÓN?