21 de marzo de 2009

Heteropercepción

No estoy seguro de que mi bienamado Kant no mandara a tomar por ahí el imperativo categórico si, resucitado, lo pusiéramos delante de uno de los múltiples programas televisivos de la víscera cordial con los que yo testeo la utilidad del reino de los fines (imaginado en quasi soledad) y de la ataraxía espinosista, a la vez que me mantengo al tanto del progreso cultural del país. Mejor Kant sigue muerto; pasó ayer mismo, hace 205 años. En paz. Sin ser mártir de los actos de la grosera especie por él divinizada. Atendiendo a los tiempos venideros. Cómo iba a imaginarse! Poveretto!

No hay comentarios: