4 de marzo de 2009

En el hermoso pueblo...

... de M., en el que desempeño un brillantísimo y más que prometedor puesto docente, la tarde corresponde con su bello horror aguaventoso.

Yo también me voy a dedicar a lecturas de las que espero salir más sabio y mejor persona: el Diario de un aprendiz de filósofo, de Manuel Durán, un catalán exiliado tras la guerra civil.

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