La cita nietzscheana, del loco locuaz, aparece en "Nietzsche superhombre", un texto de R. Safranski en el número 226 de Revista de Occidente, en marzo de 2000 (pp. 7-22). Las cuestiones o dudas (subrayadas en azul) son las que se plantea cualquier escolar que tiene que ejercitarse en desentrañar analíticamente el mensaje que le propone su maestro.
Por lo tanto:
1º ¿Qué significa el acontecer del mundo?
2º ¿Qué significa la proposición que lo recoge?
Ni una ni otra de las preguntas, y tampoco la relación de verdad entre proposición y acontecer, reciben una respuesta humana.
...
Se ha dejado de creer y ya está... Sin que estemos capacitados para dar otra explicación que no consista en una mera ensalada de palabras, en una sinonimia extendida, parlanchina y académica.
Así igual que siempre: entre la palabra-lanzadera y el espacio-cosa-verdad que representa la meta está toda la promesa. Se necesita poco para apercibirse de que ocurre aquí como en los mejores sueños: inmediatamente los pasos se convierten en lentos, torpes, imposibles... hasta llegar a olvidarse el mismo inicio del sueño que lo desencadenó todo.
Lo mismo en el lenguaje: inmediatamente otra palabra después de la palabra. Un vago contento, prometedor, de mañana y frescura. Pues se va revelando la inteligencia al aprendiz que se ha soltado de la mano del tutor. Luego otra palabra. Pero cae la noche y no ha habido más que una charla sin final---
Entre dejar la mano de Dios y nuestra conciencia: puntos de vista asentados en el abismo, una duda durmiendo en nada, el ojo que no descansa en ningún sol turbio. Ha ocurrido---
...
Igual que ocurren, sin porqué, las rosas y la melancolía: acompañando el vuelo falso horizontal del sol, ocultándose todo por la noche, para revivir -excepto una única vez, y eterna- por la mañana.
Se quiere desaparecer un poco del tráfico, pero el exceso de luz tira hacia la calle y la ciudad. Una apariencia para ti, el observador. Pues tú no participas, tú cuentas que.
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