Al fabricar el primer automóvil nos/otros (el hombre, la especie) nos lo creímos.
Personas tiene que haber que, no descollando por su sabia experiencia y consiguientes buenos juicios, han adoptado tal orgullo que han querido hacer desaparecer esa mínima distancia con los seres de lo alto que radica en el como.
Ahora bien, cualquier autopista hacia el sur (no solamente la de J. Cortázar) tendría que servir de aviso: porque la pesadilla del no llegar nunca al destino, de congelar el tiempo y obligarse a vivir en él, se parece demasiado al infierno como para que no lo sea---
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