(Que sea un cínico no quiere decir que no ame la verdad: ocurre, antes bien, que soy un cínico a causa de amarla demasiado.)
"EL PP convierte la liberación de los atuneros en batalla política" (titular en la portada de El país de hoy)
Ocurrió, en aquel tiempo, que el diablo, no del todo convencido de que las Facultades de Derecho se bastasen ellas solas para ayudar a los políticos -egresados de esas tremebundas estancias- a entronizar el mal en el mundo, se decidió a crear también las Facultades de Periodismo. Si las primeras hacen de lo recto lo torcido y a la inversa, las segundas han dado nueva vida a la denostada retórica y han cambiado la verdad en opinión pública (alquimia al revés).
(No hay palabras humanas para admirarse del ingenio del espíritu de la negación! Aunque esto no sea para elogio, sino por maravillarse, de nuevo, de cómo la inteligencia puede escindirse de la bondad.)
Así que se bastan estas dos escuelas superiores para alimentar a las derechas y las izquierdas: si las primeras, despectivas de la experiencia que debe ser la fuente de los juicios en estos casos, tienden a embrollarse con el bien y el mal, en la escena siniestra, que conoce (aunque no lo diga la palabra que la denomina) lo que está bien, y que por eso rebosa de voluntad purísima, han habido tradicionales dificultades con la verdad, como una inclinación congenial a confundirla con lo contrario.
Se dará cuenta el lector de que el titular pertenece a la prensa socialdemócrata, y que no pudiéndose dudar de su bondad (que es la perla de la moralidad) será la verdad la mancillada. En efecto, rascando la frase, pues pica, adviértese que dice que el partido conservador español es partidario de la esclavitud, pues que emplea la libertad para sus fines; esto es, que la compra y la vende por intereses espurios. Muy mal, dirá el hipercrítico lector de El país, afeando en su conciencia magna -y promulgándolo en las plazas- la impudicia conservadora.
Pero nos damos cuenta de que falla la verdad (a la izquierda) porque ha incurrido en el lapsus de la derecha (la moral). Olvidando la distinción entre lo que es deber y lo que es piedad no se puede querer vender impunemente mercancía averiada: si fuera cierto el pago del rescate, la alegría ultrahumana por la vida y liberación (valga el uso más general del término) no habrá de interferir en el conocimiento del negocio que se ha efectuado con el mal, invitando a proseguir otros intentos extorsionadores que se puedan planear.
Escéptico (cínico educado) nada viene últimamente a producirme personalmente más asco que la racionalización del incumplimiento de las normas sabidas: quien secuestra está cometiendo un crimen capital, y no debe tener perdón de Dios ni humano; quien transige y paga está incumpliendo, humanamente, con la regla categórica de no mezclar lo correcto con lo incorrecto. Las lecturas políticas, la salida al mercado de las cuestiones éticas, sobra.
Por lo tanto: esto no es un comentario de la noticia, sino de las connotaciones de un titular.
PS. No "por lo tanto", sino "que quede claro". Un comentario libre, porque la política no me interesa. Ahora bien, razonar demasiado es excusarse, racionalizar. Bah!
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