(Z. sobre N., "La destrucción de la filosofía en Nietzsche", en Hacia un saber sobre el alma, Alianza ed., 2004, pp. 157-165)
El respeto a las esferas del espíritu absoluto, como a una mágica "tridentidad" que conecta las expresiones más humanas, conjura la sequedad que vendría del espíritu de negación, invadiendo -también- la salida (en tanto surgimiento del verbo y, al mismo tiempo, hallazgo de solución) de la palabra poética.
Es mirando hacia el origen y raíz donde habita la resolución del conflicto racionalista; i. e., suspendiendo las grandes mayúsculas de las Ideas, vivificándolas como plantas sucesivas de una ribera que es la vida---
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