Hállase una disposición muy particular en los que mandan a querer imponer por la vía rápida el carácter social y pactado de la lengua.
Esta forma de violencia verbal quebranta la raíz poética del decir: salen las redes metafóricas, los tejidos de palabras, de las realidades presentes, llevándolas con ellas en su vuelo (sostiene MZ).
Habrá que sacar las consecuencias éticas de este asunto: por reconocimiento a quien nunca ha ejercido injusticia sobre su sagrada vocación, y hasta ha muerto a causa de ella, deberíamos estar dispuestos a que nos pequen un tiro antes de usar las palabras sucias de los que quieren acelerar la cristalización común del lenguaje.
Porque ningún dios del día ha de sobreponerse por cima de los mandatos de la conciencia individual---
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