Avive el seso el lector, considerando si no está delante de los elementos fundamentales del hábitat moderno, con su rostro más desabrido, y si no concluye, él como yo, que la figura del cínico (predicador de negatividades, ermitaño de hangar) corresponde como a una disposición eterna ínsita en el género humano, merced a la cual manifiesta parejas conductas en, por otro lado, verdaderamente disímiles situaciones.
O si, visto desde el otro lado, el de la cultura mayoritaria, no ha de ponderarse en el manierismo de muchas más sombras que luces de los espacios urbanos industriales la misma cara del helenismo, de la disolución de la libertad antigua, de lo cual la democracia representativa moderna no sería más que pantomima sangrante---
1 comentario:
En lo de las tipologías humanas que se repiten, de acuerdo. Aunque no sé si no se repiten también las situaciones básicas que son las que ahacen aflorar dichas actitudes repetidamente.
Sobre la libertad antigua y nuestra democtracia occidental. Amén.
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