23 de abril de 2008

Reincidencia

Círculos cada vez más cerrados y collares de hierro...

Lo que era una nube en el horizonte, muy imprecisa e inocua, ha terminado por inficionar la atmósfera y los espíritus...

Nos sabemos, primeramente, libres, lo que representa una carga muy grande y muy pesada de llevar sobre los hombros hechos a la irresponsabilidad teológica...

Pero no queremos rehuir las obligaciones porque lo sean y falte costumbre de ejercitar la libertad. (Más libertad! Más aire!) Algo va mal, sin embargo, cuando nos anuncian que somos buenos, así porque sí, sin Gracia ni Dios que sufra...

Por naturaleza somos buenos, luego algo deben querer de nosotros, el cuerpo o el alma. Primero el cuerpo para ser martirizado en las trincheras, luego el alma para consumir toneladas de objetos y llegar a ser indistinguibles de ellos. Dios ha muerto, viven los objetos y nosotros en ellos...

(Cae, en efecto, la teología, que a veces retorna como una broma: en la bandera del Brasil caótico o en el alma de los mexicanos, el positivismo; o ahora esa especie de religión altamente argumentada, el darwinismo, una religión a la que se entra -ya digo- desempeñando razones. Sea.)

A esa caída humana le sobran los relatos abiertos de la razón: de manera que los clérigos pueden aposentarse en el terreno baldío, uniendo tecnociencia y tecnorreligión para el mismo desierto espiritual...

Aquí está el círculo cada vez más cerrado, opresivo, la asfixia: lo que se debía imaginar casi in the long run, trazando un arco inmenso y problemático desde los conflictos contra el catolicismo romano hasta el retorno muy sombrío de la fe y la sinrazón, esto, que se dejaba al trabajo desagradecido de los filósofos de la historia, se percibe en el plazo de una generación domesticada: tan buena que puede renegar de la memoria, sede de la inteligencia, y echarse, con mayor, con inmenso placer, en brazos de los ingenieros del alma y de la carne---

Sé que Lyotard emancipa de una libertad que oprime. Pero un escéptico no debe ver la chispa de la fe actuante en los rescoldos, no debe convertir su sospecha en mala fe---

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