Viaje de compras...

... sin demasiadas ganas a la ciudad de M.

Eso sí: prisas, falta de tiempo, mucha gente, etc.

(Continuaré)

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(Luego, más tarde)

Dos apuntes:

-La victoria heroica del modesto ante el grande (Almería-Real Madrid, 2-0).

-El agobio del gentío en el bar: sentir que la masa existe, que se puede ser masa sin haber dejado de ser sustancialmente la misma persona, la molestia continua en el centro del pecho, la falta de aire... Al final se resuelve todo y la cena (¿de una barriada?) puede entrar al salón (quiero decir que pueden entrar al salón los que están invitados a la cena: asunto del cual me entero accidentalmente después, y que en realidad importa poco)---

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Lo más personal del día, porque cualquier día lo tiene. (Cualquier persona puede aportar algo en su día... )

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Lo más personal del día: si acaso, en un día extraño de prisas sin motivo especial, el convencimiento de que el poder político (en la creencia de que la actividad política consiste realmente en poder, en capacidad de hablar uno mismo e introducir silencio en la voz posible de los otros; violencia, finalmente) puede sustentarse en la impostura y la mentira: el gobernante (éste o el otro: no importa) se revela puro en sus actos aparentemente más canallas y oscuros; sin embargo, el poder espiritual (que también funciona como un poder de hablar/silenciar) no posee legitimidad para pronunciarse sobre los asuntos terrenos (según defiende el mismo poder político terreno: que él si puede dictaminar sobre asuntos espirituales/religiosos/eclesiales... )

Esto que digo no me parece nada personal, verdaderamente (quizás yo no sea persona, sino una estilización del hablante, un yo muy delgado, una apercepción impura y locuaz). Tampoco debe serlo el fijarse (no, tampoco revela nada de mi valor personal) en la noticia de que los rebeldes se han adueñado de la capital del Chad, apoyados (sostiene el gobierno chadiano) por la teocracia sudanesa, con el fin de impedir el despliegue de una fuerza internacional en Darfur...

Lo político debe quedar al margen de la persona, y así el mundo puede seguir subsistiendo con sus cenas, sus pequeñas miserias y las grandes y modestas victorias de un equipo de fútbol provinciano (de mi provincia).