19 de febrero de 2008

Horrible día, ingrato, sin consuelo: sin más títulos---

Da igual que los muchachos sigan o no los buenos consejos de prudencia: cuando pasan estas cosas queda el hecho brutal, desnudo, la desaparición. Ya está. Y el deseo egoísta, tan humano, de que Dios aparte ese cáliz de amargura.

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