6 de febrero de 2008

Libertad

Me habían dicho que en los referenda de cierta dictadura, que para barnizarse de respeto había inventado la democracia "biológica", la respuesta que daba el elector en su voto era, finalmente, insignificante, pues decir que sí equivalía a aprobar las últimas directivas del Régimen, mientras que votar que no únicamente se podía entender como que uno era tan acérrimo partidario del Régimen que no quería ninguna reforma. También supe, por la lectura y por las amistosas conversaciones en la ciudad de A., bella y marítima, que incluso a los gobiernos más asesinos se podía manifestar la oposición, aunque fuera negándose a afirmarlos. Una golondrina de libertad no hará verano democrático, qué duda cabe!, pero la conciencia no habrá de preocuparse de estas consecuencias máximas: pues fue tu libertad la que dijo no o, por lo menos, no afirmó, y fue la libertad de los otros la que impidió muy positivamente que esa negación tuviera el efecto de una consecuencia máxima, de una regla universal que podría haberle dado la vuelta a la historia---

El independiente, en efecto, no necesita inventar excusas, puesto que su conciencia ya actuó en un sentido que las hacía innecesarias---

PS. El informante es I. Carrión, en sus Diarios. A cada uno lo suyo.

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