Encontré en el cajón del armario, al fondo de la habitación sombría y polvorienta, esta anotación que desearía retirar del presente, llevándola a cualquier pasado, para evitar una alusión intransigente a los sucesos del día:
"También los insectos minúsculos participan de la representación, del lujo del poder. La abeja que señala la dirección de la flor, comunicando esa información a las demás, realiza el instinto de la especie. En tanto se pone a sí misma en el foco del interés lo que ocurre pertenece a otro plano bien diferente: el de la justificación de las conductas convenientes y la diferenciación individual. I. e., mentira y política."
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