(Notas de lectura: acerca de Baldur von Schirach, responsable de las juventudes hitlerianas)
La forma de vida estética arranca de la crisis de las maneras liberales, después de la Gran Guerra... En la medida en que se trata de un comportamiento masivo, y por lo tanto político. Porque la crisis de conciencia viene del fin del siglo, de los 98.
/De Nietzsche, claro, de Baudelaire y de los pasajes parisinos, de Poe entre la muchedumbre.../
Debe haberse producido la muerte moral, la muerte de la moral, en los campos de batalla. Desaparecen las formas, y la ética de origen ilustrado se basa en las formas (de la razón), una vez que ha perdido el contenido teológico-social en sus mandatos (ya no más un decálogo, sino un sólo principio de cálculo ético). El cansancio del mundo agotado de las buenas maneras de la burguesía (tolerancia, libertad política) hace volver los ojos hacia la vida, la creación de formas nuevas, riesgo, aventura.
Los jóvenes -que se han ganado su derecho en la excepcionalidad política que supone la guerra- serán los sujetos de la futura acción política: el fin del sistema parlamentario va de la mano con la sustitución generacional.
Una dialéctica demoníaca, nada mesiánica, ha convertido la negación en una positividad universal y uniformada...
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Uno de los primeros libros que leí, aparte de las exigencias de la escuela, fue uno que compré en un mercadillo de la Feria de A., a principios de los ochenta. Era un libro de Ernst Fischer, Problemas de la generación joven, ed. Ayuso. Por él conocí algo de la época y la cultura...
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En todo caso, el lenguaje es podredumbre: cuando se evade de la poesía o del frío de los laboratorios; dirigido al otro, quiere dominarlo... La lectura de la biografía (ideológica, política) de los jerarcas nazis deja intranquila la conciencia: un exceso de (la) situación puede desencadenar lo peor de los seres humanos. Un lenguaje político colmado de malos silogismos, difundido masivamente a través de los medios, conduce a la pérdida total de la razón, cuyos fallos han permitido que ese lenguaje se ponga en marcha. Me parece que el programa ilustrado kantiano, en su texto programático de 1784, solicitaba crípticamente (pues no termino de entender el texto) una limitación de las ansias emancipadoras de la razón política de los súbditos (posteriormente ciudadanos)
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No pensar: vivir drogado y así vivir normal. Trabajar, conocer, vivir para los otros: no pensar.
Vuelto hacia fuera, se perderá -no obstante- la rica vida interior de la (normal) existencia... En los objetos exteriores se deja el alma, y no rinde su fruto el tiempo.
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Cada generación tiene su cupo de palabras que decir. repetirán, posiblemente, lo ya dicho, fuera de las innovaciones técnicas, sin alma... Las novedades tecnológicas no hablan, ni siquiera dan que hablar. su normalidad familiar (también) derrota el sentido de la conversación filosófica: ésta es sin belleza metalizada y gris, ni negra ni dorada; la conversación quiere fijarse en los labios y en los ojos, no salir de ahí, del calor inelegante (no comercial) de la carne y los deseos, sonrientes al contemplar las imperfecciones del cuerpo...
No pensando, se acaba igualmente esta sonrisa.
1 comentario:
Prometo hurgar en mis papeles (el caos total) porque hubo un tiempo en que le di mil vueltas a los textos "menores" (de tamaño) de Kant... y llegué a unas cuantas conclusiones -bastante críticas, creo recordar- sobre su Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?
A ver si lo encuentro...
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