“Esta /la clase obrera/ había pedido pan al economista y había recibido, en apariencia, una piedra /al sostener la economía política un concepto de equilibrio natural que impide salarios altos/. (J. A. Schumpeter, Síntesis de la ev. de la cca. económica..., p. 103, nota)
Cree el pueblo en la justicia que ha de venir desde arriba, de los sabios del tiempo, muchos siglos después de que el filósofo, sujeto profano de absolutos, la proclamara como la nueva (buena) para la ciudad.
No quedará el cristianismo como un platonismo demótico, sino, al contrario, el platonismo como un cristianismo de los sabios.
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