26 de mayo de 2011

Danos la destrucción nuestra de cada día

Escribir no sirve. Es dar puñaladas al aire y cansarse por nada y por nadie. Ves caer gotas de sangre, en cualquiera de las tardes soñolientas, y hasta que no tienes un espejo o alguien te habla no adviertes que está tu cuerpo liquidándose y que el espíritu, sus restos en esta época gris, adelgaza en la misma proporción en la que te vence la gravedad de la carne.

No hay comentarios: