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28 de mayo de 2011
Por qué no quiero ser europeo
"¡Matad alemanes, matadlos!", clamaba el obispo anglicano de Londres en un sermón publicado en 1915, "no por el gusto de matar, sino para salvar al mundo... Matad a los buenos y matad a los malos, a los viejos igual que a los jóvenes, a los crueles y a los que muestren compasión". Según avanzaba la guerra y las oficinas de reclutamiento no daban abasto para procesar más carne de cañón, Winston Churchill alentaba a la aceptación de lo peor: "Muchachos de 18 y de 19, hombres mayores de hasta 45, el último hermano superviviente, el último hijo de una madre ya viuda, el padre que es el único sustento de su familia, el débil, el tuberculoso, el herido tres veces, todos tienen ahora que prepararse para la guadaña". (A. Muñoz Molina)
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