-¿Volver al sentido común?
-Exacto. Construimos una escuela en Kenia con depósitos de agua limpia junto a ella, porque cuando la escuela no cuenta con agua potable, los niños no van. Buscábamos una relación causa-efecto sencilla. En esa área, cada año que un niño va a la escuela aumenta en cinco años su esperanza de vida. O sea, que aunque no te preocupe la calidad de la enseñanza, es mucho más rentable para el país que los niños estén escolarizados. Los depósitos doblaron la asistencia, y ahora la normativa del país obliga a que los tengan todas las escuelas.
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