En la Historia de la escritura, de L.-J. Calvet, ed. Paidós, 2007, en un cuadro etimológico que ocupa las pp. 31-32, viene un interesante apunte acerca de tres "rasgos de sentido" en el origen de la palabra "escribir" y familiares: la idea de incidir, de practicar un corte; la de reunir o relacionar; y, por último, la de un misterio o secreto.
El origen de un método, pues. O del método en general. Bastará con correr el velo, destapar, descubrir el lugar donde anida un misterio o donde vive un secreto... y proferir "eureka" y cantar "evidencia" y soltar a intervales regulares "per se nota" o "juicio analítico".
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