Conozco en mí a media docena de seres, que van sucediéndose de la mañana a la noche, también durante el sueño, cada uno de ellos con una vida distinta y un tono que colorea de distinta manera el mundo. Alguno de ellos, en algún momento, no está cansado y tiene esperanzas. Los otros lo devuelven al orden. De lo cual levantamos acta.
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