Esta noche he tenido varios sueños de lo más apropiados y correctos, relacionados con mi vida actual y con mis sentimientos. La verdad es que no me acuerdo ya de lo que soñé, excepto de eso, que se trataba de sueños nada soñadores. Como si estuviera aplicando la cuarta regla, o la preocupación nocturna del contable o padre de familia, a lo que había vivido durante el día.
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Cuando iba anoche por la carretera la encontré muy oscura. Un túnel en abierto, y estuve tentado de aplicar la metáfora a mi alma, trasladada desde mi ánimo. No había por qué, pero ya voy sabiendo que no tengo ningún poder o derecho acerca del contenido y recurrencia de mis pensamientos. Sin embargo, al volver esta mañana, comprendí súbitamente que en cierto modo se había realizado uno de mis sueños de niño. Escribir. He aquí.
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