Una manera de la inconstancia es, no la de una línea recta en la que un punto contradice al anterior, en una renovación continua, paara nada diferente del aburrimiento, sino la de una línea en espiral. De cortes, sí, pero de retornos temáticos, de intereses recuperados. Así que seguimos pensando en la existencia de un privilegio del lenguaje en los modos autoriales vinculados a la autobiografía, en todo el arco de las posibilidades de este género o no-género.
***
Esta tarde tomé prestados, de mi casa en la ciudad, dos textos: Habla, memoria, de Vladimir Nabokov, y Los hechos, de Philip Roth. Los leí, los compré y los leí con dedicación de treintañero iluso, en el 2000. Ese año tú habías nacido... Hace doce años, cuando yo tenía pretensión de investigar, y las páginas del libro de V. N. están dobladas por los picos, para tomar citas. He acabado aceptando que no puedo saber nada, que no sé pensar, y que de ahí se sigue una especie de felicidad, la misma que la de entretenerme con los frgs. espigados de los Diarios de Salvador Elizondo en Letras Libres. Husmea perro, ¿quién te lo impide?
No hay comentarios:
Publicar un comentario