Faltos de la inyección calvinista, los españoles procastinamos. A ese vicio secular lo denominamos "nuestros derechos".
¿Cómo vamos a tener que justificarnos ante el dios, si ya somos Dioses? Si todos los políticos, en este aggiornamento de un despotismo que por lo menos se divulgaba como ilustrado, te lo van diciendo por las esquinas.
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