8 de mayo de 2011

Nada que no se pueda solucionar...

... con un poco de adhesivo---

La película de Bergman se puede reproducir---

No soporto el cine, no tengo paciencia---

Las imágenes sueltas, vale, pero no sé a dónde llevan---

Supongo que el cine se salvará cuando sus mejores momentos se conviertan en fotogramas congelados---

En la medida en que en el film se contienen  las imágenes de la frivolidad, un hombre severo como yo encuentra el espejo que le conviene y que le justifica---

Hay un momento, real y exquisitamente malvado, en el que la chica, interesadísima y caprichosa, rehúsa ofrecerle los labios al viejo cónsul y le entrega, en su defecto, una copa de champán. La curiosidad, no exenta de bondad, de la muchacha, in crescendo, acompaña el progresivo cansancio del maduro y arriesgado caballero---

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