Poco menos de un a hora de trote cochinero (una semana sin salir a correr es una semana sin salir a correr), con casi media hora inicial de falso llano (en realidad una cuesta alevosa) y sol de premio. A la vuelta el sol se ha ido retirando, el cielo poniéndose gris, cada vez más cerrado, truenos y viento, los pájaros nerviosos, yo también aunque no vuelo. He llegado a cas, he recogido la ropa y esto es lo que hay.
Me gusta no pensar. Esta melancolía que embellece los instantes y las impresiones, hasta la normalidad.
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Parece que el sol sale de nuevo. Saludo de los pájaros.
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Van Morrison.
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