12 de mayo de 2011

Gravedad de las cosas

La edad es mi razón.

Eso te digo.

Ahora la conversación que tuvimos al mediodía me produce una melancolía... ¿dulce?, ¿algo sombría? Bah, da igual...

... Bien pensado... echar mano de argumentos, y más el de la edad, Dios mío, en este, en ese o en aquel asunto, es algo fundamentalmente estúpido.

Los argumentos no valen para nada; las vísceras, para todo. Aunque sigamos pensando en el valor y santificación por las obras. Crédulos.

Las obras: lo que no me salva a mí en absoluto, por descreído acerca del valor de lo propio, por lo que sé que hago y que no hago con los demás. Secreto de confesión.

***

Me despierto de la siesta (modalidad dos horas contra el sofás; como dice Guardiola, Josep, ha sido muy duro) oyendo y luego viendo un documental espectacular (por el contenido) sobre la vecina ciudad y provincia de Gr. Aparte de La Al., el monasterio de La Cart., el Convento de San Cecil., el de los Jerónim., etc., etc., el telespectador ha podido conocer las zonas de fiesta de Plaza de Toros y Plaza Nueva. Ciudad de estudiantes indígenas y extranjeros, incluso de recónditos valles sudorientales (oui, c´est moi).

***

La propiedad es un robo.

De lo cual se deduce la dictadura del proletariado*, incautos.

No un jardín en el que cada uno sea dios.

*Léase del Partido Único.

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