The affluent Society, que tan certeramente describió Galbraith en su famoso libro de 1958, ha ido avanzando hasta un extremo ridículo y obsceno, que sólo puede acabar en tragedia.
¿En tragedia ridícula? ¿En farsa- lo que sucede siempre que se repiten las jugadas como sostenía el menos famoso de los Marx?
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