4 de marzo de 2012

¿Seré masoquista? (Aunque ya sabemos que sí)

Tengo interés en los textos de J. M. Lassalle, Secretario de Estado de Cultura en el Ministerio de Wert del Gobierno de Rajoy (nada más y menos), sobre la propiedad en John Locke. Pero no hay que acomplejarse: don José María es Doctor en el asunto, intelectual liberal comme il faut y supongo que no se me pegará nada. No se me pega ni leyendo in person a John Locke. El caso es que no hay forma de hacerse con los susodichos libros (dos), uno de ellos más caro que un demonio...

Y me interesa, más que nada, por cosas así:

En efecto, la novela y el mito literario sugieren numerosas interpretaciones en torno a las decisiones de Robinson, es decir, en torno al modelo de persona que es y que se hace en ese activismo incesante, en esa laboriosidad inagotable que son su emblema, su destino y su fortuna. Por eso, a Robinson puede juzgársele de manera distinta cuando se comporta como aventurero que desobedece a un padre sensato y avejentado, como marinero esforzado que lleva a cabo empresas audaces, incluso temerarias, como comerciante escrupuloso que anota sus ingresos y gastos en los libros de asiento y contabilidad, como trabajador industrioso que modifica la naturaleza, a la que hace su sierva, y como propietario, el rey de un dominio en el que conviven especies distintas y humanos con confesiones religiosas diversas. 

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