Qué impresión de extrañeza produce este teatro del dolor en Corea del N. Vivir la vida, morirla más bien, al paso de la oca de los desfiles y el llanto obligados. Venir al mundo para esto. ¿Qué dixieron los griegos al respecto?
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¿Qué nos espera? Durante un tiempo fuimos presos (yo no) del necio encantador, el de las palabras de viento. Ahora nos acuna el cirujano de cobre, dándonos a beber leche de piedra.
¿Qué nos cabe esperar en estos duros inviernos en los que no llega el sueño? El frío se ha hecho dueño de las calles, y no nos dejamos engañar por esta apariencia de movimiento, este alocado ir de un lugar a otro y luego volver a empezar para nada. Una felicitación de año nuevo nos parece una burla, a nosotros que conocíamos el desierto pero que pensábamos que por lo menos estaba hecho de calor.
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