24 de diciembre de 2011

Con permiso

Llego al río, y veo que en sus riberas no hay demasiado lugar para la esperanza. Hay gente que duerme en los bancos, que beben cerveza barata al sol. Están sin afeitar. Mientras la gente corre afanosamente relativamente cerca, para ellos parece que se les ha parado el tiempo, que ya está todo hecho, que ya han llegado a la meta. Que el mundo de la prisa es para ellos una estructura paralela. (detrasdelatiza.blogspot.com)

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