27 de diciembre de 2011

Certeza mínima

Un resquicio en la pared rocosa de la lengua,
una huella,
una distensión del tiempo,
etc.

***

A propósito de Toulmin, Cosmópolis: Si el fundamentalismo filosófico cartesiano (pero también el iusnaturalista de Grocio) muestra ser una respuesta adecuada, contextualmente, a la crisis político-religiosa del siglo XVII (lo cual se precipitaría con el asesinato de Enrique IV de Francia y el final de su política de tolerancia), si todo esto es así, tiene sentido, constituye una explicación o un relato verosímil y asumible de los acontecimientos... ¿por qué no va a ser una salida igual de válida ese escepticismo que según los fundamentalistas había conducido al desastre? Creerlo así es problema de los partidarios de la verdad con mayúsculas; los escépticos siempre podrían argumentar (contra Toulmin) que la cuestión principal seguía siendo el extremismo de las partes en imponer su absolutismo de la verdad. No menos, sino más duda (con el corolario ético-político de la tolerancia) habría abocado a la paz. La prueba: que la búsqueda de certezas políticas y epistemológicas llevó a un callejón sin salida. Pero acaso sea esto mismo lo que intenta sostener Toulmin...

No hay comentarios: