28 de diciembre de 2011

De las culturas tradicionales a las tradiciones culturales

En el año 1621, para celebrar que las ranas habían adquirido nuevo rey (Felipe 4º), el Santo Tribunal determinó procesar a la beata (?) María de la Concepción con una serie de cargos cuya comprensión cabal me obligaría a consultar la wikipedia de una forma vergonzosa, y no estoy por la labor. El caso es que al cabo se hizo justicia y la mujer fue condenada a doscientos azotes y cadena perpetua. El auto de fe celebróse en la Plaza Mayor de Madrid, que remodeló el 3º de los Felipes y antecesor del ínclito mentado supra, en la cual plaza tenían lugar habitual acontecimientos sociales tan interesantes y ejemplares como ejecuciones y autos de fe, tauromáquicos festejos y variopintas verbenas. La chusma asistió al escarnio de la pobre diabla (sambenito completo, coroza en la cabeza y boca amordazada) con gran contento por su parte. Como es su obligación. Ps. No sé si fiarme del libro del que extraigo la información, y que no cito por no querer ser injusto. Pero va literalmente de libros prohibidos malditos.

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De todas maneras parece que las referencias sí que son buenas.

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