(A propósito de S. Toulmin, Cosmópolis) Se puede inducir un interés por la historia de la filosofía. Su materia estaría constituida por las ideas pasadas, y su forma sería la de una arqueología de objetos inmateriales. Con esa medida (que vende las ideas al interés, i. e., al diablo) habríamos logrado dos consecuencias ligadas: a) suponernos a nosotros mismos en un presente superior, científico tanto en lo teórico como en lo práctico, y b) decretar la desaparición del diálogo y la crítica, que son la argamasa de nuestra arqueología tan motivadora.
¿Hacia una alianza de civilizaciones? Sin duda, a pasos de gigante.
El libro digital es al de papel como el filete de ternera a la vaca que ríe.
El coche es el speculum animae.
1 comentario:
Feliz Navidad para ti también!!!
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