... ambos /Patocka y Havel/ sabían que no podían hablar, porque estaban siendo escuchados. Por eso se hicieron confidencias importantes sobre la vida y la muerte. Cuando los policías se hartaron de escuchar metafísica, los volvieron a separar. Pocas horas después Jan Patocka sufriría una grave hemorragia cerebral en el curso de un interrogatorio.
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Catástrofes que no deben olvidarse aunque parezca que pertenecen a un tiempo ido del que no quedan ni las cenizas. Pero que sí...
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