17 de febrero de 2007

Ciudades

Murcia, 17 de febrero de 2007

Marc Augé: los no-lugares representan espacios de tránsito, comercio, compra... se ve la gente, pero sin identidad, relación ni memoria que los saque del anonimato... Cuando estás sentado, tomando un café, cualquiera de los que pasan, de los que desconoces todo, forman parte de la misma masa que tú, porque el privilegio no existe en ningún sitio, sólo una masa que se desplaza, compra, consume: válida para todos los referenda convocables.

Se tiene uno en muy poco cuando se conforma en mesones de trato degradante, soportando el incordio continuado de la música machacona, unos pegados a los otros, sin poder dejar para la intimidad el hecho vergonzoso de la comida... No es cierto, no es un hecho vergonzoso, pero tampoco es normal la comida masiva y de mala calidad, aguantando el ruido y todo lo que haga falta. Una ciudad es un lugar preferente (identidad, relaciones, memoria...), aunque nos tengamos que limitar -algunos, a veces- a conocerla en sus zonas menos favorables, más frías y mortales (en el fondo). Con la compra se experimenta un placer y una tranquilidad de espíritu (no sólo los sentidos, también el alma) que no debe indicar nada bueno. Yo me voy de allí con un libro de artículos de Manuel Castells en La vanguardia, Los autonautas en la cosmopista de J. Cortázar, una historia del nazismo por Ferrán Gallego y una colección de ensayos, en parte autobiográficos, de J. Brodsky. No sé si alguna de estas historias tienen buen final, si se puede extraer de alguna manera de la lectura (si yo soy capaz), si tiene sentido la lectura como forma actual-futura de conservación y progresión del saber.

Lo único verdadero es que los días pasan.

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