No eres igual por la mañana, por la tarde y por la noche. Durante la noche tienes miedo, aunque ya empieces por la tarde.
Lo desengañaron, a lo largo del día, muy diversos personajes. Tenía la costumbre, me acuerdo, de guardar notas manuscritas entre las páginas de los libros. a veces se encuentran. Pero no le cuadra eso ahora: queriendo imaginarse como un hombre liberal y maduro que pasea.
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"(Paisaje)
Esparcen su luz dorada las retamas en la ladera, a trechos de verde en sombra. Limita el sol sus derechos (entre viento y nubes), innecesario hoy, en el espacio (...)", 13 de junio de 2005.
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¿Han pasado tantas cosas desde entonces? Aunque haya pasado tanto tiempo...
Ajeno a casi todo, se puede hablar de esto y de lo otro, dejar que las voces fluyan, que discurran. Dos vidas, dos ríos: yo, lo que escribo. Escribir, para no pensar, y olvidar de una cierta manera: un yo concentrado en lo que hace, volcado, sin vueltas enfermizas sobre sí.
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