Estoy de acuerdo con el periodista: no me cabe en la cabeza que ni las ideas ni los libros hayan vuelto a ser sagrados. Esto debió ocurrir cuando decidimos que los hombres (su libertad y dignidad) habían dejado de serlo. Que lo eran mucho más, o exclusivamente, las comunidades o las tribus. Homo tribalis.
Para empezar: la mayor parte de las ideas que se mueven por ahí son edificios en ruinas, estupideces.
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