19 de octubre de 2010

Pinchos

Leí anoche un poema asombroso de Emiliy Dickinson que empieza así: "No te aproximes tanto al Hogar de una Rosa" (Go not too near a House of Rose), y que sigue como sigue. (Vid. sus Poemas a la muerte, Bartleby eds., 2010, p. 166). El paciente lector habrá de preguntarse quién peligra, si el viajero o la inquilina. La solución, dentro de un rato.

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