21 de octubre de 2010

Quién?

En el palacio de cristal el seguidor de Spinoza se repetía a gritos, para que las paredes cumplieran con su función de dejar transparente la locura, que nada hay más lamentable en un hombre verdadero que la autocompasión. Daba un paso más, girando de lo sustante a lo viviente, diciendo sí a su dolor, pues de su fuente oscurísima, recóndita, endurecida, debía manar la sangre escrita.

¿Por qué escribí yo esto un remoto 10 de diciembre de 2008? Sin embargo... yo es un tercero, porque es alguien que pertenece al pasado. "Yo", "esto". He dejado de ser lo primero, desconozco a qué me refería con lo segundo.

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