Dame Señor claridad de entendimiento y un corazón desprendido para que yo pudiera una tarde, levantado de mi nada, decir algo que se aproximara a lo siguiente:
Dijiste: "Marcharé a otra ciudad, marcharé a otro mar.
Habrá de hallarse en algún sitio una ciudad mejor.
Mas cada intento mío está condenado al error;
sepulto -como muerto- el corazón.
Y cuánto va a durar mi mente en esta confusión.
...
Cavafis, "La ciudad" (1910), Poesía completa, Visor.
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