10 de octubre de 2010

De la utilidad de los callejeros (de la utilidad de comprarlos antes)


Hemos salido a dar una vuelta por L. (en coche). Ya estamos de nuevo en el hotel, después de dar algunas vueltas.

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No se sabe si detestar o amar a una ciudad, y a los que habitan en ella. En cualquier lugar hay demonios, y éstos son de los dos signos. El peor de ellos, quizás, el que portamos con nosotros.

Nuestro más fiel torturador o demonio se denomina de muchas maneras: obsesión, angustia, miedo, cobardía, avaricia...

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