I.
Un tónico contra la repetición de gestos y pensamientos.
II.
No man´s land que termina en tierra devastada.
III.
Las ideas, en sí o surgidas de cabeza humana, emprenden una marcha irresponsable, desatenta a las consecuencias. Las reglas de la lógica son claras, pero no pueden nada contra la voluntad de no escuchar, esa estupidez infinita y providente (cfr. Flaubert).
IV.
Los instintos agresivos, de territorialidad o sexuales, se habrían refinado en el amor propio que se niega a ilustrarse. De ahí el atractivo de toda reivindicación metacrítica, que ordena mirar el contenido de represión latente en las formas de saber y poder liberadoras (cfr. Foucault). Como la hipótesis de partida exhibe con orgullo su amoralidad, tampoco se deberá confiar demasiado en las tendencias teóricas hacia la liberación de la liberación. Desconfiad de las ansias de renovación espiritual, de los fáciles diagnósticos que dicen decadencia porque ya están oliendo la sangre.
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