5 de septiembre de 2006

Exile

Sic.
I.
Septiembre llega cuando desaparece el acordeonista demente, el que entretiene las plazas del pueblo en verano, con más fe que acierto. Sobre un lecho tierno de hojas caídas, de agua que susurra en las fuentes y hasta un rumor de campanas que podría ser dulce, la estación que viene puede esconder la voz ronca y el filo cortante: trayendo dolor y muerte, pues siempre promete otra vida para el nuevo año.

Et non.
II.
El recuerdo tan podrido, la culpa, se sorprende del lenguaje y lo proclama. Pretendiendo dar la vida de nuevo, devolviéndola de su retiro, allí olvidada, encuentra piedras de relumbrón.
III.
Entre verdad y falsedad, la conciencia va y viene. Encuentra en el error la inocencia, y así puede esperar un día nuevo.
IV.
La falta de obligaciones que cumplir representa la desesperanza, el principio (invertido) de la muerte.

No hay comentarios: