1 de septiembre de 2006

Proyecto

La razón deficitaria, menesterosa, necesitada de la fe y de la misma carne de la materia y la poesía: se conoce limitada y con eso cumple su dignidad. No se requiere renunciar a mayores ambiciones teóricas, cielos puros de razón de cristal; más que los espejos, que tienen su lado ciego. Quizá un dios, de una manera absurda, podría limitar el alcance de la misma subjetividad a la que plantea la obligación de reconocerlo: fuera o desde el mismo corazón (reino de las formas, autotransparencia, vida), disponiendo para él -en la tierra- la imagen eterna del círculo de una mente que atiende a sí misma, porque no tendría cosa mejor que hacer. Pero esto mismo que digo parece impensable, y la renuncia nos la imponemos nosotros mismos: animales políticos. "Imprudencia: impolítica" (Octavio Paz).

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