Se mira atrás, los años vaciados, en bloques: sólo se observa la estupidez, que es la facultad de los errores. Tan espesos que se precisa localizarlos en el cuerpo, al que pertenece la timidez: lo que quiere decir la falta de valor. Para escribirlo hace falta pensar que siempre ha de ser así: una vida o una condena, trabadas como lo deseable.
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