Por ejemplo, esta impresión de conciencias convergentes (no nacionalistas, ofcurs):
La criminalización de las víctimas, la ley mordaza y el furor represivo del PP no tienen sólo el fin inmediato de silenciar la protesta. Pretenden también borrar la realidad para que no interfiera en su videojuego. Las plazas se han llenado tanto de dolor, angustia, necesidad y rebeldía que la experiencia de carne y hueso está entrando de nuevo en la política. Es un peligro para la estrategia virtual. La gente puede negarse a la infección periódica del Estado si no está dispuesta a convivir con su cadáver. Una realidad que no se borra es un problema para los ilusionistas de la infección. Por eso estamos asistiendo a esta Causa General contra la realidad.
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