21 de diciembre de 2013

Textos

Páginas del libro de B. Ehrenreich, Por cuatro duros. Magnífico. La autora documenta, traslada, la investigación hecha con su propia persona en trabajos "de mujer" (camarera, limpiadora, empezada de hogar... ). Los bajos salarios se suponen. La incomodidad, el estrés laboral, la frustración y toda la cohorte, también. Lo que quizás nadie conozca tanto es que se trata de un tipo de trabajos que no sirven ni para lo más básico: la reproducción de la fuerza de trabajo, sirviéndonos de los términos de Marx. Una de las razones, si no la principal, reside en el altísimo precio de los alojamientos, aún los de más baja estofa (pensiones infectas, caravana, el propio coche...). Por supuesto que ni hablar de seguridad social o beneficios similares. Demoledor. Conviene conocer estas cosas cuando se escucha el argumento de la suerte que es tener trabajo. Seguramente es así, si no se trata de una derrota a plazos como vemos que ocurre en los jobs que va desempeñando B. Ehrenreich. Conviene conocer estas cosas cuando escuchamos la palabra productividad. Este capitalismo, en su sede central, puede acabar realizando la selección  biopolítica que pusieron en marcha los nazis a lo salvaje. Por negar, se impiden hasta los derechos de la fisiología. Más productividad, camaradas. El socialdarwinismo avanza imparable hasta la victoria final.

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