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25 de diciembre de 2013
Tarde yo no sé qué adjetivo ponerle
Si inclemente, inhóspita, tormentosa. Ciclogenética, la vamos a llamar, que suena bien y a cultura griega. Sueño que estoy at home, en el salón de mi house con chimenea. Crepitan los maderos en el fuego mientras el gato es incapaz de ronronear, de tan amodorrado que está. Quieres creerte que un jinete viene en medio de la tormenta a comunicarte la gran noticia. Ahueca, imaginación. Yo, que era de la clase media, habito tan ricamente aquí con mi brasero, el gato en la calle con sus oficios de felino y no espero los toques en la puerta de ningún jinete con primicias. Simplemente me he puesto a hojear, vulgo leer, las primeras páginas, allí donde están los hechos biográficos básicos y todavía se comprende algo, del libro que un tal Copeland le dedica al genial Alan Turing (ed. Turner).
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