13 de diciembre de 2013

Polémicas

... su empeño en cambiar la Ley de Seguridad Privada, para dar una serie de poderes a los servicios de seguridad privados y a sus agentes, ha sido calificado por los sindicatos policiales como algo “gravísimo”. Porque grave es que los agentes privados de seguridad puedan actuar no sólo en urbanizaciones, polígonos industriales, zonas comerciales y acontecimientos deportivos, sino también en espacios y vías públicas “distintos de los previstos”. Grave es que puedan retener a ciudadanos, averiguar, comprobar o anotar sus datos personales, y gravísimo que de forma encubierta ejerzan labores de mantenimiento del Orden Público, algo que en un Estado de Derecho es patrimonio exclusivo de las Fuerzas de Orden Público. En el caso de nuestro país, la policía nacional, la guardia civil, o las respectivas Policías Autonómicas, a menos que se quiera también privatizar la Seguridad, hacerles el gran negocio a las poderosas empresas de seguridad privadas, y substituir la falta de policías (en los últimos cuatro años se han amortizado, nada más y nada menos, que 10.000 puestos policiales) por personal, que no tienen la formación y experiencia de los que, oficialmente, tienen como misión garantizar el orden público y defender las libertades constitucionales. (José Oneto, en República)

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